Refugio de La Renclusa (Benasque)

Refugio de La Renclusa (2140 m.)

Es la base de la ascensión al Aneto por su ruta normal, el techo de los Pirineos. Primer fin de semana de primavera del 2014.
Hace unas semanas cuando hicimos la reserva para pernoctar confiábamos en que haría buen tiempo, y lo hizo... hasta el día anterior al que pretendíamos subir.


Viernes, 21 de marzo
Salimos desde La Estación de esquí de fondo de Los Llanos del Hospital de Benasque. En verano la carretera está despejada de nieve hasta La Besurta, unos kilómetros más arriba, pero ahora, la carretera cubierta de nieve es una de las pistas de la estación de esquí.

El edificio que queda a mi espalda es el antiguo Hospital, hoy Hotel.


Es sencillo caminar con raquetas por la pista de esquí de fondo, valle arriba, en esta soleada tarde.


Lo que en verano es carretera hasta La Besurta, en invierno es pista de esquí de fondo.


Más adelante, el río Ésera se deja ver y desciende hacia Benasque a la altura 
de la falda del Pico Salvaguardia.


Si se mantiene así el día, mañana haremos cumbre.

El itinerario para ir en invierno al Refugio de La Renclusa no pasa por La Besurta desde la que en unos 45 minutos se llega al refugio.
La Besurta quedaría a unos 10 minutos a nuestra espalda.


Ya estamos llegando.
En realidad hasta que no estás a unos metros no se ve el refugio, pero hay una construcción que sí se ve: es la que he encerrado en el círculo.

El cielo se empieza a cubrir de las nubes que nos temíamos iban a llegar.
Mirando hacia el valle del que venimos, se ha cubierto de niebla que asciende.


Finalmente, en algo más de 2 horas llegamos al Refugio de La Renclusa.
Al fondo se deja ver el Pico Renclusa, no así Las Maladetas cubiertas a la derecha.



La construcción que se ve desde el valle es lo que hay en el óvalo.


Ha sido un paseo llegar hasta aquí...


... a ver qué tal mañana.


Las ventanas del primer piso no pierden toda su utilidad gracias al túnel que han excavado...


... y que desde dentro proporciona esta luz.


Sábado, 22 de marzo.
El día comenzó a las cinco de la mañana para comprobar que todo era niebla y viento, 
así que desistimos de cualquier ascenso a tresmiles.
A ratos el sol se deja ver por estas alturas, no así en la zona de los 
Portillones o en las Maladetas que permanecen cubiertos y con viento.

Tras preparar nuestras mochilas y un rato de charleta con 
uno de los guardas del refugio iniciamos bajada junto a la estación meteorológica.
El perro del refugio prefiere aprovechar estos rayos de sol tirado en la nieve.


Pensábamos que iba a ser un paseíto, y lo es, pero dentro de la niebla...

... y más tarde, bajo la nieve...


... que no nos dejará en todo el regreso...



... convirtiéndose más tarde en una nieve muy húmeda, casi lluvia que nos hace
poner a prueba nuestro material.


Y es inevitable preguntarse cómo nos hubiera ido de haber 
ascendido hacia el Aneto con estas condiciones.
Hay veces que la montaña quiere quedarse a solas, sin visitantes
y es importante escucharla y decirle:
¡hasta pronto, nos vemos cuando tú quieras!